
Su vida transcurrió entre los consultorios del Hospital de la Policía Nacional en donde fuera Jefe del Departamento, las aulas de la Universidad San Martín de Porres y los ambientes del Colegio odontológico de Lima durante la gestión 1998-1999.
Su irreparable pérdida ha dejado perplejos en quienes lo conocimos como un hombre decidido y tenaz, ávido conocedor de la ortodoncia y un gran amigo.
Como Decano del Colegio Odontológico de Lima fue gestor de la compra del local de Cieneguilla cuya obra quedará vigente en el corazón de todos los odontólogos de Lima.
¡Hasta siempre Sr. Decano!